Del amarillo al invisible
06 Agosto 2025
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Periodista en AdnCiudad.com
La alianza entre el PRO y La Libertad Avanza dejó en evidencia algo que muchos venían advirtiendo, el PRO ya no marca agenda, la sigue. A cambio de apenas unos lugares en la lista de diputados nacionales por la Ciudad cedió todo, el nombre, el color, el protagonismo… incluso la dignidad política.
En la boleta para Octubre no figurará ni el sello del PRO ni su clásico amarillo. Los votantes que alguna vez se identificaron con esa fuerza no encontrarán ni un guiño en el cuarto oscuro. Lo que sí verán es una lista libertaria, con estética libertaria y prioridades libertarias, en la que el PRO aparece apenas como un actor de reparto. ¿Para esto construyeron poder durante dos décadas?.
Aceptar esa invisibilidad es algo más que una estrategia electoral cuestionable, es una claudicación. El PRO se resignó a ser furgón de cola de un espacio que no sólo no lo necesita, sino que lo desprecia. Los libertarios nunca ocultaron su desdén por la “casta”, y aunque hoy les convenga sumar aliados, no disimulan quién manda en la relación.
Lo más sorprendente es que esta decisión tiene el aval de su fundador. Mauricio Macri eligió plegarse a La Libertad Avanza incluso cuando eso implicaba tolerar el maltrato constante hacia su propio primo, el Jefe de Gobierno porteño. Durante meses, Jorge Macri fue blanco del oficialismo libertario, lo insultaron, lo cuestionaron, lo chicanearon. Y sin embargo, Mauricio optó por entregarle al presidente no sólo la Ciudad, sino también lo que quedaba de su partido.
El PRO justificará esta decisión apelando a la “unidad del cambio” o al pragmatismo. Pero lo cierto es que esta alianza no fortalece al PRO; lo diluye. Porque cuando un partido renuncia a su identidad, a sus símbolos y a su voz, lo que queda es apenas una marca vacía.
El PRO aceptó ser ignorado. Y el electorado lo notará.