La soberbia también ensucia
09 Octubre 2025
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Periodista en AdnCiudad.com
“Por acá no pasa ni un barrendero ni el camión de basura.”
Así empezó un reclamo en X. Una frase simple, cotidiana, que podría haberse resuelto con gestión y empatía. Pero el ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, Ignacio Baistrocchi, eligió otro camino, responder rápido, pero mal: “El barrido de la vereda es responsabilidad del frentista.”
Nadie había mencionado la vereda. El reclamo apuntaba a la falta de barrido y recolección de residuos en la calle, justo frente a un jardín de infantes. La respuesta dejó en evidencia una constante, corregir al vecino antes que escuchar.
Horas más tarde, el Ministro de Espacio Público reapareció triunfante, con fotos del operativo, pero hubo un gran problema, limpiaron otro lugar, y hasta otro contenedor. En vez de admitir el error, optó por el silencio. Recién dos días después y luego de nuevas quejas, se limpió el sitio correcto. Tarde, mal y con la misma desidia de siempre.
El episodio revela algo más que un simple descuido, una forma de gestionar más pendiente de la puesta en escena que de la eficacia real. La limpieza existe, pero parece selectiva; las zonas turísticas y los barrios del voto seguro relucen, mientras otras calles acumulan mugre, ramas y desinterés. Es propaganda, no política pública.
Por otro lado, queda una duda inquietante, ¿responde el propio Ministro o un Community Manager con tono ministerial? Porque si fue él, preocupa su falta de criterio; y si fue otro, preocupa aún más que nadie supervise las respuestas oficiales.
En ambos casos, el resultado es el mismo: un ministro más atento al posteo que al problema, y un Gobierno que barre para las fotos mientras la basura —y la soberbia— se acumulan donde nadie mira.
Contenedor 1° día. Contenedor foto Espacio Público Contenedor 2° día