A través de una nota presentada al presidente del Colegio Público de Abogados, el diputado Jorge Enríquez, junto con los diputados Álvaro González y Pablo Tonelli pidieron sacarle el nombre de Eugenio Zaffaroni al Instituto de Derecho Penal y Criminología del organismo.

Los diputados nacionales de Cambiemos, Jorge Enríquez, Álvaro González y Pablo Tonelli le solicitaron al Consejo Directivo del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal que proceda a dejar sin efecto la imposición del nombre de Eugenio Zaffaroni al Instituto de Derecho Penal y Criminología.

La nota enviada al presidente de la entidad, Jorge Rizzo, detalla: “Sin perjuicio de señalar que haberle impuesto a dicho Instituto el nombre de una persona en vida –en estos momentos ministro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos- constituyó en su momento cuanto menos, una desmesura incompatible con las instituciones republicanas cuyo sostenimiento los abogados estamos obligados a respetar y hacer cumplir, debemos señalar que resulta inconveniente persistir en ese error luego de las impertinentes declaraciones del doctor Zaffaroni expresando su deseo de que el presidente de la Nación –elegido por el voto mayoritario de sus conciudadanos en el año 2015 y ratificado su liderazgo en las elecciones de medio término realizadas el año pasado- no complete su mandato, instando a  relevarlo de su cargo cuanto antes”.

Y continúa: “El derecho penal argentino no nació con el doctor Zaffaroni. Nuestro país puede enorgullecerse de una rica tradición de juristas que prestigiaron esa disciplina con valiosos aportes doctrinarios, jurisprudenciales y académicos, y que por lo demás, gozaron del respeto generalizado de sus pares porque mantuvieron en su vida profesional y pública una intachable dignidad. De modo que estamos seguros que se podrá honrar al Instituto de Derecho Penal y Criminología imponiéndole el nombre de alguno de ellos”.

Enríquez, González y Tonelli agregaron: “Mantener el nombre del doctor Zaffaroni en ese Instituto luego de sus antirrepublicanas y desestabilizantes declaraciones constituye un honor inmerecido para el lenguaraz jurista, amén de un descrédito para el colegio que usted preside y un agravio a los matriculados que en su inmensa mayoría estamos consustanciados con la República y sus instituciones democráticas”.