Debate: Candidatos porteños mirando a Nación
30 Abril 2025
El debate de los candidatos a legisladores porteños que se realizó este marte por la noche, evidenció más ambiciones nacionales, internas partidarias y pases de factura que propuestas concretas para la Ciudad. Entre discursos vacíos, chicanas y viejas fórmulas, los votantes siguen esperando definiciones claras.
En el esperado debate entre los 17 candidatos a legisladores porteños, lo que se prometía como una instancia clave para conocer propuestas concretas terminó convirtiéndose en un escenario de confusión política, cruces personales y discursos que, en muchos casos, se alejaron del verdadero rol legislativo que se pone en juego en estas elecciones.
Uno de los ejemplos más claros de esta desconexión fue el protagonizado por Manuel Adorni, que optó por nacionalizar el debate, llevando el eje hacia el gobierno de Javier Milei y las políticas libertarias a nivel país, más que enfocarse en las necesidades y competencias propias de la Legislatura de la Ciudad.
Por su parte, Horacio Rodríguez Larreta pareció mantenerse en una lógica de campaña ejecutiva, como si se tratara de una elección a Jefe de Gobierno. Su discurso, cargado de promesas de gestión y obras, se alejó del rol que deberían cumplir los legisladores en términos normativos y de control.
Los candidatos liberales Ramiro Marra y Yamil Santoro compartieron ejes discursivos similares, en una especie de competencia por ver quién representa con más claridad los postulados de la derecha liberal. El debate entre ellos tuvo momentos tensos, con acusaciones de plagio de propuestas incluidas.
La izquierda, como en otras instancias, mantuvo su discurso habitual, centrado en la denuncia al modelo económico, el ajuste y la defensa de los trabajadores, aunque sin grandes novedades en cuanto a iniciativas legislativas concretas.
Lula Levi, representante de la UCR, no logró consolidar una postura clara ni sostener argumentos sólidos que la posicionaran como una figura relevante del espacio. Su falta de contundencia dejó al radicalismo porteño sin una voz fuerte en este escenario.
Uno de los momentos llamativos lo protagonizó Paula Oliveto, de la Coalición Cívica, que planteó con firmeza críticas al oficialismo, pero sin poder despegarse del hecho de que su espacio fue durante años aliado central del PRO. Una pregunta sobrevoló la transmisión: si tenían tantas objeciones, ¿por qué no actuaron antes cuando compartían la gestión?
La candidata oficialista, Silvia Lospennato, se mostró con un discurso muy cuidado, claramente preparado, aunque con momentos en los que se confundieron los límites entre lo nacional y lo local, lo que terminó diluyendo la fuerza de su mensaje.
Entre las nuevas caras de la política, se destacaron dos perfiles muy distintos: Alejandro Kim, del espacio Principios y Valores, y Ricardo Caruso Lombardi, el ex director técnico devenido candidato. Kim se mostró como un férreo defensor del peronismo ortodoxo y no dejó pasar oportunidad para remarcar que Leandro Santoro “es radical” y que la única lista verdaderamente peronista es la suya, apoyada por Guillermo Moreno. Su intervención fue constante y sin medias tintas.
Caruso Lombardi, por su parte, llevó su impronta futbolera al debate: con frases directas, descontracturadas y cargadas de metáforas, hizo un paralelismo entre la situación de la Ciudad y la crisis institucional de Boca Juniors, dejando en claro que, para él, lo que falta es conducción real, tanto en el club como en la política porteña. Aunque su presencia fue más pintoresca que programática, no pasó desapercibida.
El debate dejó en evidencia una desconexión importante entre el objetivo real de la elección —la renovación de bancas en la Legislatura— y los discursos de muchos de los candidatos, más centrados en posicionarse políticamente que en explicar cómo piensan legislar para mejorar la vida cotidiana de los porteños.